La Roca del León de Sigiriya

La Roca del León de Sigiriya es el punto es con el permiso de las cuevas de Dambulla, y los templos de Polonnaruwa o Anuradhapura, el lugar más visitado de Sri Lanka.

Roca del León de Sigiriya
Roca del León de Sigiriya

Convertido en icono gracias a las fotos de su imponente roca emergiendo de la frondosa vegetación, Sigiriya genera una expectación incontenible. Se halla en el extremo norte del distrito de Matale, elevándose por encima de los 350 metros como una inmensa roca. Sigiriya fue brevemente durante 18 años, una de las antiguas capitales de Sri Lanka y sin duda es el patrimonio arqueológico más interesante de Sri Lanka, reconocido como Patrimonio Mundial de la Humanidad por Unesco.

HISTORIA

Los hallazgos arqueológicos demuestran que la historia de Sigiriya se remonta a tiempos prehistóricos. En Aligala, un pequeño afloramiento rocoso al este de Sigiriya, se hallaron evidencias de asentamientos humanos en una cueva habitada 5.500 años a.C.  y con periodos de uso en los siglos X-IX a.C.

Por otro lado, en las cuevas alrededor de la roca de Sigiriya se construyeron refugios en cuevas desde el siglo III a.C. Uno de los testimonios que permite datarlos son las ‘cortinas’ talladas en la piedra para cortar el goteo de agua que las inundaba. Los monjes habitaron las cuevas en el período de la llegada del budismo a la isla, y las inscripciones rupestres de Brachmi arrojan luz sobre las actividades religiosas budistas de la época.

Pero si hablamos del periodo de explendor de  Sigiriya hay que avanzar en el tiempo hasta las magnas obras promovidas por el rey Kasyapa I (477-495 d. C.).

Reinado de Kasyapa

Con respecto a la historia de la construcción de la roca de Sigiriya existen crónicas que relatan la llegada al poder del rey Kasyapa, acusado de matar a su padre, aunque no hay evidencias fiables de que ocurriese así.

Kasyapa era hijo del rey Dhatusena (459-477 d. C.) y si bien tenía derechos y aspiraciones a sucederle, su madre era una de las reinas concubinas menores. Siendo Mogallana el hijo por ley destinado a gobernar.

Dhatusena había sido el primer rey de la dinastía Moriyan, gobernando desde Anuradhapura como su capital. Además de hacer replegarse a los tamiles que habían llegado del sur de la India, impulsó numerosas obras públicas como los tanques de irrigación, inmensos lagos artificiales que permitían el cultivo de arroz. Son de hecho un ejemplo fascinante del desarrollo de la ingeniería hidráulica con más de 1.500 años de antigüedad. Dhatusena también fue el artífice de una de las tallas de Buda más veneradas de Sri Lanka, la de Aukana.

La tradición oral contada durante siglos cuenta que para suceder a su padre, Kasyapa tramó una conspiración palaciega que condujo a la ejecución de su padre asesinado a puñaladas y emparedado vivo. Su hermano Mogallana logró escapar jurando vengarse de su hermano.

Tras el supuesto parricidio, hubo sin embargo revueltas contra su figura, y Kasyapa tuvo que huir buscando un lugar inexpugnable para establecer su morada real. Sigiriya, con su imponente roca se antojaba el lugar ideal para resistir la amenaza de los ejércitos de Mogallana.

Sobre lo alto construyó un palacio, el denominado de invierno, más expuesto al sol, y bajo la sombra de la roca y al abrigo de la vegetación alzó otro, el de invierno. Rodeando el complejo diseñó una red de jardines y canales, que otorgaban belleza a Sigiriya a la vez que servían para encauzar el agua y usar el foso como defensa.

Las obras duraron apenas 8 años, en los que la ciudadela, el palacio y los jardines quedaron esbozados.  Los estanques de los Jardines de Agua estaban interconectados por un sistema de conductos subterráneos de piedra. En ciertos casos, también se utilizaron acueductos de cerámica para desplazar el agua por gravedad.

Como elemento de construcción de los edificios se empleo ladrillo. Los científicos creen que se pueden haber usado millones de ladrillos para completar el complejo del palacio en la cima de la roca Sigiriya, y es difícil imaginar cómo se pudo haber llevado una masa tan grande de ladrillos a la cima de la roca.

Es posible que se hayan utilizado cientos de miles de ladrillos más para crear la pared de espejos en la ladera occidental después del complejo del palacio superior, y para crear toda la estatua del león, a la que ahora solo le quedan dos patas. El ladrillo también se ha utilizado ampliamente en el diseño de estanques, viviendas y otros edificios urbanos.

Dieciocho años después del inicio del reinado de Kasyapa, en el 495 d.C. Mogallana que había regresado de su exilio en la India, lo derrotó en un ataque del que se cuenta que Kasyapa guerreó a lomos de un elefante, y que atormentado por las apariciones de su padre, perdió el norte durante la batalla y se clavó la espada. La realidad parece más prosaica, y cuenta que su elefante se topo en el avance con charco profundo y retrocedió, algo entendido por su ejército como una retirada.

Victorioso, Mogallana no quiso reinar desde Sigiriya, pero convirtió la roca en un monasterio budista que pudo estar operativo hasta los siglos XII y XIII d.C. Más tarde, Sigiriya fue completamente abandonada y el crecimiento de la jungla absorbió el lugar, quedando olvidado hasta que la visitó Forbes, un mayor británico, dejando constancia en varios informes.

Al final del siglo XIX, en 1894 H.C.P. Bell, primer Comisionado de Arqueología y atraído por la lectura de los escritos de Forbes, estuvo al frente de la investigación arqueológica en Sigiriya. Posteriormente, en la década de 1930-40, el profesor Paranavitana dio el empuje definitivo para recuperar la historia y pasado glorioso de la antigua ciudad. De hecho se ha atestiguado que el comercio fue prolífico en Sigiriya, tal como evidencian monedas romanas e indo-romanas halladas, junto a otros objetos como cerámicas de dinastía Sasánida (222-651 d. C.) de la antigua Persia. Incluso en los graffiti  tallados en la roca se mencionan actividades mercantiles con China para la importación de seda.

VISITA

Ver la Roca de Sigiriya según nos acercamos, conocer los restos del Palacio y admirarnos con los frescos de las Doncellas (Apsaras), son solo una parte de la experiencia de la visita.

Qué ver

Sigiriya es sin quererlo un paradigma del urbanismo y paisajismo. El plano de la ciudad tiene forma rectangular y se extiende hacia el oeste y el este desde la roca principal. Las altas murallas y los profundos fosos que defienden el complejo lo dividen en dos recintos distintos ubicados al este y al oeste de la roca central. El terreno montañoso que precede a la subida a la roca central está reforzado por un alto muro que refuerza la ciudadela.

El complejo del palacio se halla en la cima de la roca central a una altura de 180 metros de la llanura circundante. Desde allí se distinguen perfectamente los jardines acuáticos, la característica más llamativa de la fisonomía de la ciudad de Sigiriya.

En cuanto a los lugares para visitar el listado es el siguiente, y si bien merece la pena descubrirlo con paciencia, no hay que obsesionarse con todos los puntos.

Mapa de la Roca del León de Sigiriya
Mapa de la Roca del León de Sigiriya

1 Muralla exterior

2 Foso exterior

3 Muralla central

4 Foso interior

5 Muralla interior

6 Entrada occidental

7 Entrada Sur

8 Entrada Norte

9 Jardín Acuático No 1

10 Inscripción de Ambagaspitiya

11 Yeso antiguo

12 Jardín acuático n.º 2

13 Southern Summer Place

14 Jardín acuático No 3

15 Poza Octogonal

16 Muralla interior de la ciudad

17 Jardín de rocas

18 Estupa

19 Cueva de imágenes

20 Santuario del árbol Bodhi

21 Cueva Deraniyagala

22 Cueva Cobra-Hood

23 Boulder Arch No 2

24 Cueva de Asana

25 Sala de Audiencias

26 Yeso con Grafiti

27 Arco de Canto No. 1

28 Camino antiguo

29 Jardín en terrazas

30 Muro de espejos

31 Pintura

32 Pata de león

33 Terraza Pata de león

34 Palacio

35 Complejo del Palacio

36 Thorne

37 Petangala

38 Jardín acuático en miniatura

39 Roca de predicación

40 Cisterna

41 Count Yard

42 Prisión Rock

Acceso

Se accede por la entrada del oeste, y tras pasar el área de comprobación de las entradas se atraviesa el foso  de agua para encontrarnos de frente con la imponente roca de Sigiriya al final. Nada más entrar al recinto encontrados los jardines acuáticos. En total son cuatro partes ajardinadas bien diferenciadas y designadas simplemente con números:

En la primera de ellas hay cuatro estanques en forma de ‘L’ dispuestos simétricamente, creando una isla en el medio. Esto se considera una característica especial que se encuentra en los diseños de jardines antiguos, y se denomina «Charbagh”, siendo el más antiguo en su especie.

Más allá se encuentra el Jardín Acuático Número. 2, también llamado el «Jardín de las Fuentes», que cuenta con pequeños estanques, fuentes y arroyos serpenteantes especialmente construidos para el lento movimiento del agua. El numerado como 3 se encuentra en el nivel más alto de este sistema de jardines acuáticos, y su peculiaridad es la disposición axial y el diseño simétrico de las estructuras del jardín, con un estanque octogonal, y otro en forma de ‘L’ directamente opuesto al eje central. El jardín acuático en miniatura ubicado en el extremo oeste, se ha diseñado como una extensión y refleja  un refinamiento «miniaturizado» de los otros tres sistemas de jardines.

Complejo Sangarama

El complejo del monasterio comienza con las ruinas de una pequeña estupa al comienzo del jardín de rocas. A la derecha hay una casa de ídolos y un árbol Bodhi adjunto a la cueva. Yendo un poco más lejos, encontrarás una parte de un monasterio de monjes llamado Deraniyagala Cave. Pasados ​éste, subiendo por debajo del arco de piedra, a la derecha hay un pequeño sendero que domina el pabellón real y el pequeño estanque en su meseta rocosa.

Tras ascender por peldaños tallados en la piedra, y posteriormente por escaleras de metal se alcanza uno de los espacios que más impresiona al visitante, la terraza de las garras del León (Lion’s Paw Terrace).

Lion’s Paw Terrace

Orientada al norte, las escaleras talladas tienen a los lados las patas del león, con garras perfectamente elaboradas. Formaban parte de un conjunto más amplio, coronado por una cabeza del felino que no se ha conservado. Aún así sorprende la magnitud de la escultura que funciona como entrada, y que atravesamos para acometer el último tramo de subida a la roca de Sigiriya.

Antes de subir conviene sacar fotografías del lugar, esperando que no haya mucho visitante, ya que es uno de los lugares principales del yacimiento. En la terraza nos percataremos de avisos sobre los nidos de avispas que a menudo cuelgan de las paredes verticales. Aún no suponiendo un problema, es mejor no azuzar los avisperos a menos que queramos salir volando.

En lo alto de Sigiriya

La cumbre rocosa de Sigiriya tiene una extensión de 1,5 hectáreas. El palacio real sobre la roca se encuentra orientado hacia el oeste, mientras que el jardín del palacio que consta de una gran piscina artificial y otras características del jardín se encuentran hacia el este.

Sala de audiencias

Los restos más elevados en lo alto de Sigiriya son considerados la sala de audiencias perteneciente al complejo de la ciudad real del rey Kasyapa. El trono principal en el extremo sur está tallado en la roca viva y los otros a ambos lados, aunque también tallados, tienen ciertas partes hechas por separado y encajadas en ellos. Los pequeños agujeros cuadrados en la superficie de la roca aplanada sugieren que esta sala tenía un techo sostenido por pilares de madera.

El muro de los espejos y el grafiti

El descenso de la zona alta es por las mismas escaleras, y atravesando de nuevo las garras del león. Deshaciendo un poco el camino encontraremos una pasarela que con conduce al muro de los espejos, los graffiti y la cueva de las pinturas.

El Muro de los Espejos es un elemento singular de gran importancia en el estudio de la literatura de la época. Visitantes que vinieron a ver Sigiriya desde el siglo VII hasta el siglo XIX. dejaron sus impresiones grabadas en el Muro de los Espejos. Se le denomina así porque su superficie fue pulida hasta parecer tan lisa como un espejo.

Ampliamente conocidas como los versos de graffiti de Sigiriya (Kurutu Gee ), estas composiciones literarias datan de los siglos VII al XIII d.C. Estos versos garabateados en la pared del espejo están escritos en alabanza de las hermosas pinturas y el paisaje circundante. Los versos son además de mucho interés, ya que arrojan luz sobre el contexto socio económico de la época. Algunas son odas a las figuras femeninas desnudas y semidesnudas en esta roca de Sigiriya, y los pensamientos que vinieron a sus mentes se elevaron al poema plasmado en la roca.

Pinturas

Hay evidencia de que la totalidad de las paredes rocosas del oeste y del norte fueron originalmente revocadas y pintadas. Si bien la erosión ha ido deteriorando la mayor parte a lo largo de los siglos. Las pinturas de renombre mundial de Sigiriya datan del siglo V d. C. y son la expresión del arte iconográfico de Sri Lanka en su apogeo. Actualmente, las pinturas conservadas se reducen a solo 19 figuras femeninas, pero los versos de graffiti de Sigiriya mencionan que había hasta 500 doncellas (ranwanlian) o concubinas adornando la totalidad de la pared de roca enyesada.

Tanto los historiadores como los arqueólogos que han estudiado estas antiguas obras maestras tienen diferentes teorías sobre a qué aluden. Para algunos las pinturas representan a las mujeres del harén de Kasyapa, de camino a adorar el santuario budista de Pindurangala, frente a otros que defienden que son deidades femeninas o apsaras.

Como material para hacer el soporte sobre el que se pintaba y se adhería a la roca, se empleaban machacados como plátanos, leche y dahaiya. Y para conseguir los tonos y colores se empleaban tintes vegetales, minerales y animales.

Los dibujos de las mujeres, algunas con el torso desnudo exhibiendo sus senos, logran un efecto tridimensional de movimiento, con contrastes de luminosidad bien logrados. Una característica especial es que todas estas figuras femeninas están cubiertas de nubes por debajo de la cintura, como si emergieran de ellas.

Las pinturas de Sigiriya se consideran entre las mejores del mundo, tanto por la calidad gráfica como por la técnica y época en la que se dibujaron en las paredes de Sigiriya

Otras pinturas decoraban – aún hay rastros de yeso visibles- las cuevas que hay dispersas por el yacimiento, como las del jardín Boulder, las de la cueva de Asana, la cueva Cobra-hood y la cueva Deraniyagala. También se han encontrado enterradas figuras de terracota de apsaras (diosas) similares a las figuras de la pintura en excavaciones en los caminos que llevan a la cima de la roca.

Cueva Cobra Hood

Tras visitar las pinturas y atravesar unos tornos que no permiten ya retroceder, se desciende entre grandes rocas bajo las cuales hay cuevas que sirvieron de refugio para monjes budistas eremitas. Se suele mencionar que algunas de las cuevas tienen más de 5000 años, muchas cuevas con claras acciones humanas para prevenir el goteo del período del rey Kashyapa. Destaca una de esas cuevas, conocida como Naipena (cueva Cobra Hood).

Horario de la Roca de Sigiriya

El yacimiento abre de las 6,30 horas y cierra a las 19  horas, siendo posible visitarlo los 365 días del año.

Precio de la entrada

La entrada a este monumento tiene un coste de aproximadamente 30$ (en 2022). Los niños pagan la mitad.

Consejos

Al no tratarse de un templo, si no de un espacio arqueológico, no es necesario llevar cubiertas las piernas o los hombros. Por otro lado hay que intentar evitar las horas centrales del día ya que el calor es más intenso. Por ello lo ideal es ir pronto a cuando el sol baje.

En cuanto a las condiciones físicas para subir a la Roca no se requiere ser un escalador. Es innegable que son más de 1.200 escalones, y que ascender hasta lo alto requiere esfuerzo y/o paciencia. Así que visite Sigiriya con calma, escuchando al guía las explicaciones, y sacando fotografías. Tenga en cuenta que el descenso no se suele hacer por el mismo lado, por lo que si se pierde un punto panorámico durante la subida, es muy probable que no tenga oportunidad de sacar la foto deseada.

Se tarda aproximadamente una hora en alcanzar la cima de la Roca, con una última parte de escaleras en zigzag algo más costosa.

Mejores vistas

Muchos viajeros quieren obtener fotografías de la roca, pero hay que anotar que las más icónicas se han sacado desde el cielo, con avioneta o drone. Una opción si contamos con tiempo es madrugar para ver el amanecer desde la vecina roca de Pidurangala. Ello requiere levantarse antes de la salida del sol, hacer la escalada hasta lo alto, y sentarse a disfrutar de el sol «naciendo». Aunque haya gente que mencione que ver la roca del león desde Pidurangala ya es suficiente (muchas veces se comenta porque es más barato su acceso), lo cierto es que Sigiriya merece la pena.

CÓMO LLEGAR

Si nuestra intención es llegar a Sigiriya por nuestra cuenta y en transporte público hay que tener paciencia y sobre todo tener presente de que los horarios y frecuencias se deben entender en ocasiones como orientativos. Por otro lado las conexiones son con llegada a las poblaciones cercanas, no directamente al yacimiento arqueológico.

Autobuses

Desde Colombo salen autobuses hacia la ciudad de Sigiriya Pettah, como el que se dirige a  Anuradhapura (Número 15), Polonnaruwa (número 48) o Trinco (número 49). Tendrá que parar en Dambulla o Habarana, y desde allí tomar un tuk tuk o taxi hasta la Roca del León.

Tren

El ferrocarril que llega a la zona hace parada en Habana, que es la estación de tren más cercana a Sigiriya ( a 15 km de Sigiriya ). Es el medio de transporte público más lento para llegar a Sigiriya. Pero si no viaja con prisa puede ser una interesante forma de entrar en contacto con la gente local.